miércoles, 30 de octubre de 2013

Albert EINSTEIN

ALBERT EINSTEIN
Todos le admiramos, pero no le entendemos
Charles Chaplin dijo alguna vez al científico alemán Eistein lo siguiente: “A Ud. le aplauden la gente porque no le entienden, y a mí me aplauden porque me entienden demasiado”.

Teoría de la relatividad, tiempo-espacio relativo, la bomba atómica, la masa y velocidad de la luz, la energía nuclear, la física, etc.; todo eso nos suena a Einstein. ¿Qué es todo esto? El común de las personas, no los comprendemos, No tenemos tampoco por qué comprenderlos. Pero aun incomprendido, Albert Eisntein siempre estará en nuestra mente como el científico que cambió la forma de ver el mundo y con él admirar aún más a la naturaleza, al universo; a Dios, según cada quien.

El inquieto Juan, de apenas 9 años, quiso experimentar por sí mismo la teoría de Einstein explicada por su profesor. Pero lo malo fue que decidió experimentar con su mejor amigo mucho mayor que él. Juan, admirador de Eistein, sabía que su amigo no tenía la menor idea del famoso científico alemán por que no tuvo la suerte de tener un profesor como el suyo. Su proceder consistiría en dos actos. Primer acto: dirigir el puño en cámara lenta, despacio, al rostro de su amigo. Segundo acto: dirigir el puño con enorme velocidad. Dicho y hecho. Primer acto: logró sólo acariciarlo. Segundo acto: tuvieron que llevarlo al hospital.

Así quedaba probada, una vez más, la teoría de Eistein: si a una pequeña masa (puño, por ejemplo) le inyectamos una gran velocidad, su capacidad destructiva es extraordinaria porque libera una enorme cantidad de energía. Así, Albert Einstein había descubierto el principio para la fabricación de la bomba atómica, para la producción de la energía nuclear. Einstein había descubierto algo que puede (y debe) servir para el bienestar de la humanidad o bien puede servir para su destrucción.
Esta teoría de Einstein está expresada en la siguiente célebre fórmula matemática: E = mc2. La energía (E) es igual a la masa multiplicada por el cuadrado de la velocidad de la luz. La velocidad de la luz equivale a la fabulosa cifra de 300 mil kilómetros ¡por segundo! Es decir, si a una pequeña masa le impregnamos la extraordinaria velocidad de 300 mil Km/seg al cuadrado obtendremos una descomunal energía como para destruir todo.

Gracias a este descubrimiento, por ejemplo, puede por debajo de una gran montaña pasar una vía férrea, una carretera o un viaducto porque es fácil perforarlo gracias a la inmensa cantidad de energía que se puede obtener con el principio de Einstein, capaz de romper, en segundos de tiempo, toneladas de rocas.


Por su puesto que Einstein no sólo es famoso por su referida fórmula. También lo es por su teoría de la relatividad. Nada es absoluto, todo es relativo.

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