miércoles, 30 de octubre de 2013

Charles DARWIN

CHARLES DARWIN
El hombre no fue creado por Dios, evolucionó –muy a su pesar- del mono
 Hace poco, el mundo celebró el segundo centenario del nacimiento del célebre científico inglés Charles Darwin. Pero, nosotros queremos resaltar no tanto su nacimiento sino algo más trascendental acontecimiento de Darwin: la publicación de su famoso libro El origen de las especies mediante la selección natural publicado en 1859 (hace más de 150 años). Esta publicación del famoso científico causó un gran revuelco en el mundo entero porque en él Darwin sostenía su teoría de que la existencia de las especies (entre ellas la humana) no se debían a alguna fuerza divina (Dios) necesariamente sino a que esas especies habían demostrado ser las más fuertes para adaptarse fácilmente que otras a su entorno. Darwin planteaba que la selección natural era la causa de la sobrevivencia de las especies. La naturaleza seleccionaba a las especies más fuertes mientras que a las más débiles simplemente condenaba a su desaparición. Así actuaba el dios Naturaleza.
En cuanto a la especie humana, a partir de la teoría de Darwin, la imagen del hombre creado por Dios, se vino por los suelos y se construyó la imagen del hombre evolucionando a partir del mono. No era que según la Biblia el hombre fuera creado por Dios (y de su costilla, la mujer) a su imagen y semejanza sino el hombre evolucionó durante millones de años desde que mono luchando por la sobrevivencia (lucha por la vida) vino a convertirse, muy a su pesar, en humano.
Esta idea de Darwin (lucha por la vida y sobrevivencia por selección natural sólo de los que son capaces de adaptarse) explica lo que son las cosas por naturaleza. Si una plantita no es capaz de adaptarse a las inclemencias, por ejemplo, del medio ambiente, simplemente está condenada a desaparecer. Si resultara capaz se impondrá, crecerá, se desarrollará y hará que otras plantas de su especie se multipliquen. Si un joven es capaz de conducirse acertada y adecuadamente ante las “inclemencias” de su medio ambiente, triunfará; si no es capaz, fracasará inexorablemente. Así es la Ley de la Vida. Eres capaz (permanentemente) o desapareces (definitivamente). Dos soldados enfrentados, el incapaz muere, el capaz (en la lucha por la vida), sobrevive (y vive). (Segunda imagen: blocs.tinet.catblog)

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